El futuro de Javier Gramajo, alcalde municipal de Villa Nueva, debería ser una advertencia para los ingenuos que continúan apoyando a Giammattei y su pandilla.
Los errores y la negligencia descarada con la que la Municipalidad de Villa Nueva ha abordado la crisis repetida de los hundimientos, podría estar siendo la sepultura para la carrera política de Javier Gramajo.
Cuando en junio pasado apareció el primer agujero, las autoridades, principalmente el alcalde Gramajo, gozaron d...
El futuro de Javier Gramajo, alcalde municipal de Villa Nueva, debería ser una advertencia para los ingenuos que continúan apoyando a Giammattei y su pandilla.
Los errores y la negligencia descarada con la que la Municipalidad de Villa Nueva ha abordado la crisis repetida de los hundimientos, podría estar siendo la sepultura para la carrera política de Javier Gramajo.
Cuando en junio pasado apareció el primer agujero, las autoridades, principalmente el alcalde Gramajo, gozaron de cierto beneficio de la duda. Se esmeraron en argumentar que el agujero lo habían provocado sismos, pero rápidamente fueron desmentidos por los análisis de servicio sismológico de Guatemala de la Universidad Mariano Gálvez, con lo cual, casi desde el inicio, se verificaba que lo dicho por el alcalde Gramajo era falso. Sin embargo, todavía cabía la posibilidad de que el alcalde hubiese cometido un error, por hablar de lo que en realidad no sabe.
Uno de los aspectos más comentados de Gramajo es la supuesta relación sentimental que mantiene con Shirley Rivera, la actual diputada presidenta del Congreso de la República, y el proceso de divorcio de su esposa, situación que, por ser de su vida privada, debería quedarse en eso. Sin embargo, el alcalde Gramajo y la diputada Rivera se han empeñado en hacer exactamente lo contrario, saturando los medios y las redes sociales con imágenes y reportajes en los que se les ve juntos en actos oficiales o promocionando su imagen repartiendo alimentos o inaugurando proyectos, redituando mediáticamente cualquier evento que luzca como beneficio a la población villanovana.
De nuevo, esta práctica encajaría en ese culto a la personalidad que se nos hace tan común en la clase política guatemalteca que casi podría pasar desapercibida. Sin embargo, llamó extraordinariamente la atención cuando la parejita parlamentaria edil apareció en el agujero, para supuestamente fiscalizar los trabajos que se estaban realizando. La acción fue particularmente torpe, porque el efecto logrado fue el contrario, ya que causó indignación que Gramajo y Rivera clara y descaradamente se estaban aprovechando de la desgracia ciudadana para promocionar su imagen.
Con igual resultado contraproducente para Gramajo resultaron sus apariciones en medios y redes sociales, cantando como victoria el vaciado de 250 camionadas del ahora tristemente célebre «lodocreto». La acción fue descaradamente oportunista, ya que fue la Unidad Ejecutora de Conservación Vial la que vertió el material que supuestamente rellenaría el agujero. Pero, para desgracia de Gramajo, además resultó descomunalmente torpe, porque el procedimiento fracasó, ya que al día siguiente todo el material vertido y los millones de quetzales que había costado, literalmente se los llevó el río subterráneo seguía corriendo debajo.
El 8 de agosto, la pesadilla para Gramajo parecía haber terminado, cuando anunció triunfalmente la rehabilitación del paso en el sitio del agujero. Sin embargo, el 24 de septiembre se abrió otro agujero de gran tamaño. Pero esta vez, la situación fue una tragedia que cobró la vida de Olga Emilia Choz Ulin de 38 años y su hija de 14, Hellen Michelle Mejía Choz, luego que el vehículo en el que viajaban cayera al agujero. Gramajo encabeza la lista de los responsables de este homicidio culposo.
La torpeza, irresponsabilidad y descaro con la que Gramajo ha manejado crisis muy graves empieza a cobrarle la factura. En cuestión de pocos meses ha pasado de ser un cuadro a un lastre molesto y dañino para el oficialismo. Hoy es un paria entre los aliados de Giammattei, una suerte de apestado que ningún político quiere tener cerca.
Ojalá los ingenuos que aún crean que acercándose a esta gente podrán lograr algún rédito político o económico, tomen nota de lo que les esperaría.
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