En medio de amenazas de golpe de Estado y el ataque del Ministerio Público, Arévalo y su equipo deben prepararse para gobernar, empezando con la discusión del presupuesto.
Una de las embestidas del ataque antidemocrático del Ministerio Público en contra del Partido Movimiento Semilla se produjo en el Congreso, porque la junta directiva de ese organismo había desconocido a las y los diputados actuales de Semilla, impidiéndoles integrar comisiones de trabajo. Luego de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) resolviera un recurso de nulidad presentado por Semilla, el Congreso reconoció de nuevo a las y los diputados de Semilla. Todo esto, por lo menos, hasta el 31 de octubre de 2023, cuando formal y legalmente concluirá el proceso electoral.
Este enredo de acciones judiciales y resoluciones legales impacta directamente en la capacidad de Semilla de participar en las discusiones en el Congreso sobre el presupuesto para 2024. Por lo menos, por ahora, mientras Semilla no sea cancelada como partido político, sí pueden participar en las reuniones de la Comisión de Finanzas Públicas y Moneda (CFPM) del Congreso de la República. Es decir, vía el diputado de Semilla que integra esa comisión de trabajo, tendrían por lo menos una voz en las discusiones previas a dictaminar la iniciativa de ley del proyecto de presupuesto para 2024. Esto, por lo menos, hasta el 31 de octubre, pero es incierto que, si la suspensión de la personería jurídica de Semilla se reactiva a partir del 1 de noviembre, se reintente excluirlos de esos espacios.
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Por otro lado, siendo el presupuesto para 2024 el primero que ejecutará el gobierno del presidente Bernardo Arévalo, la participación de su equipo en la discusión del proyecto presentado por el Ejecutivo debería ser lógica y natural. El presidente Alejandro Giammattei ha declarado públicamente que el proceso de transición arrancó luego que el TSE oficializó los resultados electorales, y ha ratificado su intención de entregarle el poder el 14 de enero. Sin embargo, no se ha escuchado nada por parte de la junta directiva actual del Congreso, y menos del diputado Cándido Fernando Leal Gómez (Vamos), actual presidente de la CPFM. Así que es incierto si el Legislativo actual tiene la misma disposición de Giammattei de trabajar con Arévalo y su equipo. ¿Permitirá el diputado Leal y el resto de la mayoría oficialista en la CPFM la participación del equipo de Semilla para la transición en las discusiones del presupuesto estatal para 2024? Si les dejan asistir, ¿tomarán en cuenta con seriedad y honestidad sus planteamientos, o será solo una pantomima en la que no los escucharán, y menos tomarán en cuenta?
Finalmente, suponiendo que las autoridades salientes hagan lo correcto y le permitan a Semilla participar en la discusión del presupuesto para 2024, ¿está Semilla listo para lograr una participación técnica y políticamente robusta y sustentada? Porque, Bernardo Arévalo ha dicho que anunciará la integración de su gabinete, y con ello, el ministro de Finanzas Públicas designado. Pero, como dice el refrán, «una golondrina no hace verano.» Por supuesto, la persona que ocupará la cartera de Finanzas es clave y muy importante, pero no puede hacerlo sola. Así, más que una lista de 13 ministros, lo que Arévalo precisa son equipos, no solo ministras y ministros designados. Y eso, se dice fácil, pero no lo es.
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