Ninguna lista, sea en los armados de una selección deportiva, en una opinión artística o de simples preferencias, entre otras, gozará de aceptación unánime, ya que siempre estará incompleta por equis o ye motivo. No ha sido la excepción en el caso de las y los 26 abogados que buscan el cargo de Fiscal General y jefe del Ministerio Público.
Como suele ocurrir en el contexto de trámites y compromisos, el inicio de las inscripciones fue pausado, pero conforme se acercaba el plazo para el cierre, aumentó sensiblemente el número de expedientes llevados a la comisión de postulación, de manera que la mayoría de pretendientes se apareció hasta en el último de los siete días habilitados para tal fin.
En ese sentido, el ente responsable de seleccionar seis perfiles de entre quienes el mandatario Alejandro Giammattei deberá escoger al sucesor de Consuelo Porras para el periodo 2022-2026, cuenta con opciones en la que figuran la mencionada, quien persigue ligar gestión; el procurador general de la Nación, Jorge Luis Donado Vivar; el jefe de la Comisión Presidencial contra la Corrupción, Óscar Dávila Mejicanos; fiscales, exfiscales, magistrados de salas, un exdiputado, exfuncionarios de diferentes entidades, uno que fue candidato a alcalde y litigantes.
De acuerdo con el cronograma de la instancia formada por la presidenta del Organismo Judicial, dos delegados del Colegio de Abogados y Notarios, y 12 decanos, esta semana se ha venido evaluando si en cada hoja de vida se ha cumplido con los requisitos formales. A esto debe añadirse que se han interpuesto recursos legales que podrían alterar lo diseñado.
Uno de los aspectos relevantes es que personajes de la dinámica nacional y con trayectoria en círculos de incidencia política no atendieron la convocatoria, a pesar de que su involucramiento habría elevado el nivel de competencia, su automarginación significó perder por incomparecencia. Por supuesto, también restó oportunidades el amparo provisional, que en la práctica resultó definitivo porque abarcó la fecha límite para inscribirse, otorgado por la Corte de Constitucionalidad para eliminar a jueces cuyo ejercicio profesional mínimo de diez años se ha desarrollado en el órgano jurisdiccional.
[frasepzp1]
Vale apuntar que las reglas del juego dejan la última palabra en el jefe del Organismo Ejecutivo. En esa línea podría suponerse que, por su cercanía con él, Porras, Donado y Dávila tendrían altas posibilidades de estar entre los seis y ella o uno de ellos alcanzar el espaldarazo final. Sin embargo, las probabilidades serían relativas porque antes deben superar el filtro de la postuladora. Con el mismo enfoque, por su alineación oficial, Fernando Linares Beltranena lograría boleto. Lo determinante es que para entrar en el sexteto se debe tener, por lo menos, diez de los quince votos que recoge la comisión, y entonces debe analizarse la correlación de fuerzas en esta.
Respecto de las ausencias por decisión propia, merece señalarse que «no hay peor lucha que la que no se hace», y la trascendencia del objetivo ameritaba «remar contracorriente». El tema de por qué no se participa es recurrente cuando de pretextos o justificaciones se trata, igual cuando llueven las críticas por hacer o no hacer una vez se ocupan espacios públicos. Guatemala vive una coyuntura en la que la polarización crece y las partes incidentes se han posicionado. El Ministerio Público es el foco de atención y dentro de las formalidades del sistema, el proceso ha originado inclusiones, marginaciones y autoexclusiones con la consiguiente reducción en las expectativas, aunque no olvidemos que el peso de la vida son las concreciones.
Por ahora, los movimientos en el tablero que representa la dinámica del país podrían propiciar que, frente a la aparente ausencia de contrapesos en la lista de 26, quienes acomodan las piezas con la ventaja que les brinda la coyuntura, induzcan un jaque, por medio de uno/a de quien vean en los 25, o, el jaque mate al apostar por la continuidad que celebrarían unos y lamentarían otros.
Más de este autor