This year

Por ahora se siente extraño. Todos me han recibido con un cariño enorme, parecen felices de verme. Deben ser las camisas nuevas, hoy tengo puesta una Calvin Klein que me hace ver los hombros como uno de esos albañiles de las fotos de rascacielos en los 30's.

De momento, la cosa pinta bien. Es pronto para saber qué pasará y cómo resultará todo en El Paso pero hoy puedo decir que estoy feliz de haber venido. Son dos días apenas.

El hotel está lleno de españoles. Mariano, un madrileño que forma parte de la plantilla de Ferrovías, una empresa de infraestructura (me dijo), tiene un trabajo que lo lleva al otro lado del mundo a hacer cosas que parecen interesantes. Pero se queja. Se queja de Zapatero, de Rajoy, de Aznar y del PSOE.

Me repite el script de los mails que me manda mi (primera) ex esposa con más frecuencia de la que es prudente para llevarse bien con alguien.  Se quejan de la situación, de los inmigrantes, de los parados, de las políticas y de los gringos. Sobre todo de los gringos. Y de los alemanes, ay no, la traen con los alemanes y con la Merkel.

Mariano se queja. Pero no le molesta cómo yo puedo estar tan feliz de estar en el salto al vacío. Cómo puedo haberme decidido a dejar los frijolitos (el jamón de pata negra, diría él), los chuchitos (los pinchos de tortilla) y el pepián (el gazpacho manchego) — ya me dio hambre otra vez, qué mala es la comida aquí por Dios!!!—. Cómo puedo haberme decidido a volar sin saber si había red abajo para encontrar… ¿qué vengo a encontrar?  Quizá lo que necesito es encontrar me.

Las noches comienzan a ser difíciles, sobre todo cuando solo hay cansancio de la mente y el cuerpo está hastiado de descansar.  Ya tengo vista una piscina en El Paso, esa será prioridad uno la semana que viene.

18 de Febrero de 2011

J.

Locking eyes, holding hands,

twin maintenance machines.

I am going to make it through this year, if it kills me.