¿Una utopía? Tal vez, pero no imposible. Y no debe de serlo (ni utopía ni imposibilidad) porque cada día se hace más evidente la ausencia de políticas públicas que favorezcan la lectura en orden a una mayor velocidad y mejor comprensión de aquello que se lee. Este adeudo es concerniente a niños y adultos que mal aprendieron o mal están aprendiendo a leer y escribir.
Como una muestra, desde el año 2020 comparto en mis redes sociales –dos veces al año– el siguiente mensaje: «Por el amor de Dios... La palabra "haber" se usa como verbo auxiliar seguido de un participio para formar los infinitivos compuestos de la conjugación. Por ejemplo: “Tenías que haber llegado ayer”. Y las palabras "a ver" constituyen una secuencia que se forma con la preposición "a" y el verbo “ver”. Por ejemplo: "A ver si se te cumple tu deseo". (Fuentes de información: Varias. Desde libros de primaria hasta el DRAE)».
Y cuando al final del año evalúo la cantidad de veces que encuentro la palabra “haber” en lugar de la secuencia de la preposición «a» y el verbo «ver» (en las redes sociales que utilizo) me percato de que semejante desatino va en aumento. Y solicito con vehemencia que los maestros de las escuelas primarias salgan al rescate de las generaciones que están atendiendo. Mas, no pocas veces son algunos de ellos –algunos o muchos– quienes lo cometen. ¿Qué futuro tienen entonces aquellos niños que están en el proceso del aprendizaje de la lectoescritura?
Para nadie es un secreto que el correcto aprendizaje de la lectoescritura y las matemáticas son las llaves del conocimiento. Con relación al primero (el aprendizaje de la lectoescritura) está demostrado que quien mal lo aprendió no tiene un adecuado nivel de comprensión de los textos escritos y se convierte en un analfabeta funcional porque no puede aplicar lo leído a situaciones concretas de su día a día.
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Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura –UNESCO–, la alfabetización funcional es: «la capacidad de utilizar las habilidades de lectura, escritura y aritmética para el funcionamiento y desarrollo efectivos del individuo y la comunidad». Es decir, la alfabetización favorece la solución de los problemas sociales más ingentes como la pobreza, la falta de servicios de salud, las desigualdades de todo tipo y la falta de oportunidades laborales y de acceso a otro nivel de educación formal más allá del primario.
Así los escenarios, las actividades que se realizan en torno de las Ferias Internacionales del Libro, pueden redundar en un empuje o en una sacudida que mueva y remueva a nuestro sistema educativo que comienza a despertar de un letargo prolongado.
Yo he sido testigo de algunas actividades de trascendencia de las FILGUA. Por ejemplo, las concernientes a Filgua-Adentro. Me tocó en suerte acompañar al escritor mapuche Javier Milanca a una escuela del municipio de Cuilapa, Santa Rosa, donde desarrolló algunos principios básicos de didáctica para el aprendizaje de otros idiomas. Fue el 21 de julio del año 2017. Javier, escritor y maestro de escuela primaria de la región austral de Chile, compartió con alumnas/os y profesores a fin de incentivar la lectura. También, desde su condición de profesor de Geografía e Historia, educador tradicional y asesor intercultural, tuvo una destacada participación enseñándoles canciones en el idioma de los mapuches. Su capacidad didáctica me pareció increíble. Comenzó enseñándoles un canto sencillo y a partir de ese saber los condujo al aprendizaje de no menos de veinte palabras y conceptos en el idioma de los mapuches que se llama Mapudungún.
Y ese día hubo un cambio de 180 grados en positivo con relación a la vida de una persona que allí estaba a título de escucha. Todo comenzó con las estrofas: «Al Sol le llamo Antu, a la Luna Küyén, a la Tierra la llamo Mapu y a la estrella wangülen, a la Tierra la llamo Mapu y a la estrella wangülen. Akutún, akutún y aprendo mapudungún. Akutún, akutún y aprendo mapudungún».
Y la transformación profunda y duradera llegó, cuando menos para una persona. Así impacta la lectura, así impacta el conocimiento.
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