Entre los razonamientos del artista destacaba su crítica a las letras de las canciones y cómo estas podían generar en las personas ideas distorsionadas sobre las relaciones de pareja.
Las canciones, sin importar el género —baladas, rancheras, salsa, bachata o rock—, son parte viva de la cultura y reflejan cómo una sociedad piensa y siente. A través de ellas se comparten ideas, emociones y formas de entender el mundo. En este análisis nos detendremos en una de las más persistentes: la del amor romántico en las canciones pop.
Pero, ¿qué es el amor romántico? ¿Ha escuchado esta expresión? Marcela Lagarde lo explica como una reacción a las relaciones de la época victoriana, basadas en la obediencia ciega a estándares religiosos, la cancelación del erotismo y la institucionalización del matrimonio religioso perpetuo, entre otros aspectos. La antropóloga e investigadora mexicana aclara: «Aparece así, el amor pasión. El amor romántico reivindica la pasión erótica y el amor fuera de la sanción institucional del matrimonio» (p. 55, 2001).
Según Lagarde, este tipo de amor se asocia con la libertad, ideales políticos, transgresión de normas, erotismo y placer sin reservas. Sin embargo, esta construcción social ha dejado marcas dolorosas, especialmente en las mujeres de varias generaciones.
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El amor romántico también puede ser trágico. Lagarde comenta: «(…) la aceptación de que un minuto de goce lo vale todo, y no importa lo que pase después. La esencia del romanticismo es jugártelo todo por un instante de amor» (p. 57, 2001). Por ejemplo, en la canción de Luis Enrique «Yo no sé mañana», algunos versos dicen: Esta vida es igual que un libro / cada página es un día vivido / no tratemos de correr antes de andar / esta noche estamos vivos / solo este momento es realidad (…).
No se puede afirmar que quienes la escuchan seguirán los versos al pie de la letra, pero reflejan un hecho posible: muchas personas podrían vivir situaciones parecidas sin evaluar las consecuencias. Incluso si dos acuerdan una experiencia así, ¿quedarán intactos? ¿De verdad nadie pensará en lo que pasó la noche anterior?
El problema de esta visión es que presenta el sufrimiento como algo positivo y casi exclusivo de las mujeres. Además, promueve la renuncia, la entrega total y la incondicionalidad femenina. Lagarde señala: «Asumimos que un componente ineludible del amor es el sufrimiento. Y así el sufrimiento amoroso se convierte en una virtud (…). La ideología del amor romántico impide a muchas mujeres darse cuenta de que ser víctimas ni es una virtud ni es positivo» (p. 58, 2001).
Otros ejemplos musicales lo muestran claramente:
- Déjame volver contigo (1982), Dulce de México: «Haz conmigo lo que quieras / reina, esclava o mujer / pero déjame volver, volver contigo». Una súplica que asigna al varón la capacidad de decidir el papel de ella.
 
- Rómpeme, mátame (1977), Trigo limpio: «Por eso rómpeme, mátame, pero no me ignores, no, mi vida. / Prefiero que tú me mates que morirme cada día». Imagine las ideas que se generan en la mente de una mujer escuchando esto.
 
- Ciega, sordomuda (1999), Shakira: «Bruta, ciega, sordomuda / torpe, traste y testaruda / es todo lo que he sido / por ti me he convertido / en una cosa que no hace / otra cosa más que amarte / pienso en ti día y noche / y no sé cómo olvidarte». Terrible mensaje. Piense por un instante en lo que implicaría transformarse en lo que dicen estos versos, solo por amor. Quiera o no quiera, es algo inconsciente.
Habrá personas que no relacionan directamente sus formas de amar con este tipo de mensajes. Aun así, las ideas románticas están presentes en todos los ejemplos citados y, quiera o no quiera, algo de ellas queda grabado de manera inconsciente en la mente de quienes los escuchan.
Y usted, ¿tiene alguna canción que asocie con el amor de pareja? ¿Recuerda cuáles estaban de moda la primera vez que se enamoró? ¿O hay alguna que todavía le traiga recuerdos de aquel momento de su vida?
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Lagarde, Marcela (2001). Claves feministas para la negociación en el amor. Managua, Puntos de encuentro. 
 
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