Al gobierno del presidente Arévalo le urge corregir su capacidad de comunicación social, deficiencia que se refleja en la debacle de la agenda legislativa.
Lo comunicado hasta ahora por el Gobierno sobre la necesidad de ampliar el presupuesto ha girado en torno a los rubros de gasto que se estarían incrementando. Esto ha generado una percepción en extremo dañina para la administración del presidente ...
Lo comunicado hasta ahora por el Gobierno sobre la necesidad de ampliar el presupuesto ha girado en torno a los rubros de gasto que se estarían incrementando. Esto ha generado una percepción en extremo dañina para la administración del presidente Arévalo, porque, con base en lo que se ha comunicado, la ciudadanía está convencida de que se trata solamente de más gasto. Y no son pocos lo que ya califican al Gobierno de voraz o depredador de los recursos públicos, porque, se percibe que no solo no han podido ejecutar el presupuesto vigente, sino que, además, están pidiendo autorización para gastar más.
Es un error cada vez más grave, porque, en realidad, existen razones técnicas que no solo aconsejan, sino, además, justifican la ampliación del presupuesto vigente.
En realidad, se trata de corregir un problema muy grande por el lado de los ingresos. Como con el debido rigor técnico lo ha venido advirtiendo el Icefi, desde el año pasado. El gobierno de Giammattei, de manera intencional, subestimó la proyección de ingresos tributarios por cuatro años consecutivos. Y en este 2024 ese error de subestimación es inmenso.
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La cosa no es tan complicada de entender. Por la subestimación acumulada por cuatro años, y la no vigencia del presupuesto que había aprobado el Congreso, el presupuesto vigente en 2024 tiene previstos ingresos tributarios por Q86.2 millardos. Sin embargo, si se toma en cuenta la recaudación real de impuestos observada en 2023 y durante los primeros cuatro meses de 2024, técnicamente es posible prever que la recaudación al final del año será de, por lo menos, Q102.3 millardos. Es decir, ¡el presupuesto de ingresos vigente tiene un error de subestimación de Q16,000 millones!
El Gobierno debe corregir este error gigante en el presupuesto. Necesita que el Congreso apruebe una modificación al presupuesto vigente, en la cual: 1) corrija la proyección de ingresos tributarios para que sea acorde a la realidad; y, 2) establezca en ley el destino y uso de esos recursos. Y, además, el Gobierno debe comunicarlo así, las cosas como son.
Este esfuerzo de transparencia y comunicación social pasa por no menospreciar la capacidad de la ciudadanía y, de hecho, de la base electoral del presidente Arévalo, para entender este tema. Por supuesto que la ciudadanía sí puede entender que los ingresos están mal calculados, y que, al corregirlos, se debe establecer en ley qué es lo que el Gobierno está autorizado a hacer con el dinero que en realidad tendrá.
El Ejecutivo ya tiene un grave problema en el Congreso, no logra la mayoría de votos requerida para aprobar la agenda legislativa de su interés. En el caso de la ampliación presupuestaria, si, además, no goza del apoyo ciudadano al entender cuál es el error que se quiere corregir, menos apoyo tendrá en el Congreso.
Así, una recomendación y crítica lo más constructiva posible para el presidente Arévalo, es que sus funcionarios entiendan y asuman que una de sus tareas fundamentales y más importantes es explicar, una y otra vez, las veces que sea necesario, qué están haciendo y por qué lo están haciendo. Sin esta rendición de cuentas cotidiana, sin explicar y explicar, el Gobierno continuará sufriendo lo que ya se ve, pérdida de apoyo popular y ciudadano.
Señor presidente Arévalo, urge corregir la comunicación social de su Gobierno. Los desafíos que enfrenta son enormes y difíciles. Pero con una ciudadanía confundida, o incluso engañada con percepciones generadas por comunicación deficiente, las dificultades son mucho peores.
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