La lección fue muy ilustrativa. Su título: Caminar junto a los pobres, los descartados del mundo, los vulnerados en su dignidad en una misión de reconciliación y justicia. Segunda preferencia apostólica universal de la Compañía de Jesús, 2019-2029. Se caracterizó por su visión esclarecedora con relación al compromiso de las universidades confiadas a la Compañía de Jesús en orden a la reconciliación y la justicia en contextos como el de Guatemala. Se dictó desde el Campus San Francisco de Borja, S.J., de la ciudad capital.
Me es imposible reseñarla en un artículo, de tal manera, me referiré a aquellos contenidos que llamaron mi atención a primer hervor. Fueron cinco pautas torales que transcribo a continuación.
«a. No nos toca anular la desigualdad, pero sí estar al lado de las mayorías excluidas. Ellas son el horizonte para un cambio estructural como ultimidad. Esto no es negociable.
[frasepzp1]
» b. La cultura como hábitat de la universidad es cultivar la realidad con un carácter práctico. Es preciso que esa cultura exprese el sentir del pueblo; el conocimiento debe impregnarse de este y el pueblo del conocimiento producido por la universidad, con orientación al futuro. La cultura debe ser conciencia crítica y creadora.
» c. La primacía de lo real y la servidumbre liberadora del conocimiento. El conocimiento no debe ser, no puede ser, dogma liberador; tampoco eslogan panfletario. El conocimiento es un proceso de aprehensión-transformación. No es lo que queremos que ellos hagan con el conocimiento, sino lo que ellos hacen, desde la libertad, con él, pues son sujetos y objetos de la acción liberadora.
» d. Ser universidad arraigada en la verdad histórica que no busca ubicarse como cápsula ideologizadora. Su razón de ser es la verdad como compromiso con lo real, con una pedagogía que se basa en el quehacer dialógico y no bancario.
» e. En definitiva, una universidad distinta, que promueve el cambio no solo económico, sino integral de todos. Hemos de ser universidad con el compromiso de formar y educar personas, no solo ciudadanos, para la libertad».
Explicada dicha visión, planteó siete sintomatologías de la crisis civilizatoria y socioambiental que agravó (y puso en evidencia) la pandemia de Covid-19.
«1. Desigualdades en aumento: Las brechas sociales, económicas, culturales y políticas se profundizan, y dejan a grandes sectores de la población mundial en condiciones de vulnerabilidad.
»2. El deterioro alarmante que ha superado las posibilidades del planeta ha generado daños irreversibles y está creando un escenario favorable para nuevas guerras, disfrazadas de nobles reivindicaciones.
»3. La multiplicación e intensificación de las violencias, las protestas sociales y los conflictos armados cada vez más letales que están incrementando el número de víctimas.
»4. La expansión del crimen organizado: su diversificación. Y alcance afectan cada vez más la estabilidad social y política de numerosos países.
»5. Retroceso democrático: el avance del autoritarismo, la corrupción sistémica y el descrédito de los partidos políticos han generado la desafección democrática y un nuevo tipo de autocracia marcada por la polarización, el populismo y la posverdad, como señala Moisés Naím[1].
»6. Debilitamiento de la justicia global: La falta de credibilidad en los tratados internacionales y la incapacidad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para mediar en conflictos han erosionado la cooperación internacional.
»7. Migración forzada en aumento: los desplazamientos masivos chocan con políticas cada vez más restrictivas e inhumanas, mientras crecen la xenofobia y la aporofobia en diversos sectores de la sociedad».
La bibliografía que sustenta la lección es extensa y sólida. Desde Canción del elegido[2] de Silvio Rodríguez hasta las principales cartas encíclicas del papa Francisco sin dejar de lado a tratadistas de alto nivel académico y documentos del Secretariado Episcopal de América Central y de la Congregación General 32 de la Compañía de Jesús.
El cierre fue esperanzador: «Que este nuevo ciclo académico ayude a profundizar este compromiso[3]. Que no nos acostumbremos a la realidad que duele, sino que nos dejemos interpelar por ella. Y que, al final del camino, podamos mirar atrás y reconocer que hemos intentado, con nuestras limitaciones, ser parte de la construcción de un mundo más justo».
Estimado lector, la lección puede encontrarse en las redes sociales. Búsquela y disfrútela a la luz de otras verdades que contiene. Me fue imposible comentarlas en este escrito por razones de espacio.
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[1] Naím, Moisés. La revancha de los poderosos. Cómo los autócratas están reinventando la política en el siglo XXI. México: Debate, 2022.
[2] Rodríguez, Silvio. Canción del elegido. En Al final de este viaje, Movieplay/Areito, 1978
[3] Compromiso de las universidades confiadas a la Compañía de Jesús en orden a la reconciliación y la justicia.
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