El tratadista chileno Hervi Lara Bravo (filósofo y Magister en Filosofía de la Educación) remarca en su ensayo Educación política, esencial para lograr una sociedad libre y humana: «Educación y política están implicadas. La educación no es neutral, puesto que es un acto de conocimiento y un acto político al mismo tiempo, ya que tiende a la transformación de la persona y del mundo en cuanto clase social y en cuanto al mundo personal»[1].
Por esas razones, en la entradilla adjetivé la buena política porque el remedo que tenemos de política en Guatemala no solo asusta, sino que llama a ejercer una contracultura para salir del empantanamiento en que nos metieron los pseudopolíticos.
Ese párrafo de Hervi Lara Bravo da paso a la argumentación del encajamiento crítico que deben tener todos los ciudadanos en las acciones transformadoras de su entorno y del mundo; también, de la necesidad de su presencia en el mundo real y no solo en uno imaginario. Y del encuentro entre todas las personas sin exclusión alguna.
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Al terminar de leer el ensayo citado, recordé una lección que uno de mis profesores me proveyó en uno de mis posgrados. Me dijo, refiriéndose a los modelos educativos: «En los países de Primer Mundo los modelos educativos, con una sólida base política, responden a las necesidades de sus sociedades; en los países de Segundo Mundo los hay similares, y también los hay impuestos y estos, los importados, no responden a las demandas sociales ni económicas de sus territorios, particularmente en las regiones más pobres; y en los países de Tercer Mundo, más del ochenta por ciento son impuestos y en nada resuelven los problemas socioeconómicos que padecen». Del cuarto mundo ni él arguyó ni yo le quise preguntar. Mas, como ejemplo, mírese hoy las condiciones de Haití. Allí cerquita, nuestros vecinos del Caribe.
El tema me dejó picado y seguí investigando acerca de educación y política. Llegué, de inicio, a dos puertas de entrada:
1. No se trata necesariamente de política partidista, aunque es necesario saber cuánto domina un candidato o una candidata con relación a políticas educativas antes de tomar una decisión, en cuanto votar por esa persona, durante un proceso electoral.
2. Muchos modelos educativos en América Latina solo reproducen conocimientos o, mejor dicho, mal reproducen conocimientos y no tienen una base política que vincule la educación con la justicia, la ética y el ser del Estado para su constante transformación y mejora de la sociedad. De esa cuenta, su producto final (alumnas y alumnos que terminan los ciclos) son personas capacitadas para rendir como fuerza laboral mientras tengan las condiciones de edad y salud para hacerlo. Después del paso de los años o a falta de vigor, serán descartables.
Años más tarde entré en intelección de otro terrible escenario con relación a la desvinculación de la política y la educación, y de la educación con la ciudadanía. A manera de casi tragedia se puso frente a mis ojos y oídos hace una semana. Dialogué con una persona cuyo haber económico se le esfumó durante la primera vuelta electoral en las elecciones generales recién pasadas. Invirtió lo suyo en una campaña propagandística que supuestamente la llevaría a ocupar un importante cargo de elección popular. Pues, no solo no llegó a ocupar el puesto, sino que lo invertido superó su capital y ahora tiene deudas. Yo le pregunté cuánto sabía de los procesos electorales y qué conocimientos tenía de la política en tanto ciencia y arte de gobernar. Su respuesta fue: «Nada. A mí solo me convencieron de participar».
El caso reseñado es un pequeño ejemplo del porqué debemos fortalecer la educación y la política en Guatemala. La persona afectada, lejos de ser libre y realizada, es ahora una persona endeudada y con una inmensa frustración. Pero, en otro escenario (pensando en nuestra sociedad) ¿qué habría pasado si hubiese llegado al puesto por el que contendió?
No me gusta ser profeta de calamidades, creo que la esperanza la tenemos a nuestro alcance, pero no de gratis, hay que luchar por ella. El monstruo que está asolando Haití podríamos tenerlo en un breve lapso llamando a nuestras puertas. ¿Lo permitiremos? Asumo que no.
[1] https://entrepueblosradio.com.ar/nota/1075/educacion-politica-
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