Si una bancada del Congreso se llena de tránsfugas, es porque ellos fijaron un precio y porque el partido político y sus líderes accedieron a pagarlo.
El transfuguismo parlamentario es un negocio espurio, pero un negocio al fin, y como tal cumple las leyes del mercado. Hay una oferta y una demanda, las cuales alcanzan un punto de equilibrio cuando el comprador y el vendedor acuerdan un precio aceptable para ambos. FCN-Nación demandó más diputados para su bancada, varios diputados se ofertaron por un precio y, dado que el transfuguismo ocurrió, seguro FCN-Nación acordó pagarlo. ¿Cuál fue ese precio y cómo se pagará?
Por supuesto, dado...
El transfuguismo parlamentario es un negocio espurio, pero un negocio al fin, y como tal cumple las leyes del mercado. Hay una oferta y una demanda, las cuales alcanzan un punto de equilibrio cuando el comprador y el vendedor acuerdan un precio aceptable para ambos. FCN-Nación demandó más diputados para su bancada, varios diputados se ofertaron por un precio y, dado que el transfuguismo ocurrió, seguro FCN-Nación acordó pagarlo. ¿Cuál fue ese precio y cómo se pagará?
Por supuesto, dado que es un negocio espurio, el transfuguismo no es transparente y de momento no conocemos el precio pactado por FCN-Nación y sus nuevos diputados. El informe temático Financiamiento de la política en Guatemala, publicado por la Cicig, y las investigaciones de diputados y diputadas en casos concretos de corrupción nos dicen que, en términos muy generales, este precio toma una de las tres formas siguientes: dinero vía sobornos directos; contratos irregulares, sobrevaluados o cuya adjudicación fue sesgada; y plazas en las entidades del Estado, incluyendo puestos clave como los de gobernadores u otros funcionarios superiores.
Pero ¿qué tuvo la bancada de FCN-Nación que no tienen las demás bancadas del Congreso y que resultó efectivo para que los 19 diputados tránsfugas que al día de hoy ha logrado comprar creyeran que sí se les pagará el precio acordado? Sin duda se trata de contratos y plazas, algo que solo el Gobierno puede ofrecer y que por ahora está en manos del presidente Jimmy Morales.
En esta lógica, yo no me trago eso de que Jimmy Morales fue ajeno a las negociaciones que resultaron en la compra de esos 19 diputados tránsfugas. Los tránsfugas se están yendo a FCN-Nación porque les están ofreciendo contratos, plazas y quizá algo de efectivo. Y quien tiene que dar esos contratos y esas plazas es el Organismo Ejecutivo, es decir, el presidente Jimmy Morales.
Pero ¿cómo puede Morales hacer esos pagos en términos de plazas y contratos? Una forma muy directa, entre muchas otras, es nombrando gobernadores departamentales que estén en contubernio con los diputados distritales tránsfugas ahora en FCN-Nación o anuentes a atender los intereses de ellos. Esto es posible porque los gobernadores presiden los consejos departamentales de desarrollo, los cuales concentran una buena parte de la lista geográfica de obras, y de este modo tienen la potestad de decidir a quién se contratará para hacer tal o cual obra, a qué precio y a quién se le paga y a quién no (el negocio de la deuda flotante).
Por eso es que en esta lógica perversa causa suspicacia que prácticamente, de forma simultánea a la compra de diputados tránsfugas, Jimmy Morales vaya a nombrar a los 22 gobernadores departamentales. Que estos 19 diputados tránsfugas cobren su incorporación a FCN-Nación vía el control de gobernadores, y con ello acceso libre a contratos y plazas, es un peligro que no solo es alto, sino además real y que puede estar materializándose justo frente a nuestras narices.
Tampoco me sorprenderá enterarme de que estos tránsfugas empiezan a presionar a los ministros de Estado para satisfacer sus intereses. Y se verá si Jimmy Morales prohíbe a sus ministros conceder granjerías o si, por el contrario, él mismo se suma a presionarlos para no hacer enojar o perder a sus preciados diputados tránsfugas.
Lo evidente es que los grandes ganadores de todo esto son los 19 tránsfugas, quienes deben estar carcajeándose en burla a la ciudadanía guatemalteca mientras cantan a coro: «La vergüenza pasa, pero el pisto se queda».
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