No se trata de defender a Zamora como si se tratase de un angelito, ni a elPeriódico como si fuese un medio perfecto e infalible. Se trata de que, al perder Zamora y elPeriódico, perdemos todos y Guatemala se aleja más del objetivo democrático.
Con las acciones del pacto de corruptos que lograron cerrar elPeriódico, no solo muere un medio, sino una parte muy importante de nuestra muy incipiente democracia.
La tragedia del cierre de elPeriódico no es cuestión de si gustaba la línea editorial del medio o su estilo de periodismo. Mucho menos si la persona de José Rubén Zamora genera simpatía o aversión. La línea de investigación periodística de elPeriódico siempre me pareció excelente, con una combinación mu...
Con las acciones del pacto de corruptos que lograron cerrar elPeriódico, no solo muere un medio, sino una parte muy importante de nuestra muy incipiente democracia.
La tragedia del cierre de elPeriódico no es cuestión de si gustaba la línea editorial del medio o su estilo de periodismo. Mucho menos si la persona de José Rubén Zamora genera simpatía o aversión. La línea de investigación periodística de elPeriódico siempre me pareció excelente, con una combinación muy diversa en su sección de opinión. Estuve muy de acuerdo en muchos de sus editoriales, pero en profundo desacuerdo con otros. Nunca me gustó su popular sección «El Peladero», no por la posible falsedad de la información servida, sino por el estilo de comunicación y redacción, y el uso, innecesario en mi opinión, de motes y sobrenombres, a veces ofensivos.
Pero, reflexiónese, esto es lo normal en el mundo de los medios de comunicación. Hay estilos y corrientes diversas, y como el propio elPeriódico ejemplificaba, dentro de un mismo medio, hay secciones o programas con estilos también muy diversos. Justamente en esa diversidad es que radica la fuerza del derecho fundamental para expresar libremente el pensamiento.
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Por ello, el cierre de elPeriódico constituye una violación del derecho humano y fundamental de expresar el pensamiento con libertad plena, garantizado en el artículo 35 de la Constitución Política de la República de Guatemala y que constituye uno de los pilares fundamentales de una democracia legítima, madura y funcional. No es un tema de derechas o izquierdas, el caso de elPeriódico demuestra que los atentados contra la libertad de prensa y emisión del pensamiento se producen tanto en regímenes autoritarios considerados de izquierda, como en el de Alejandro Giammattei, que se ufana de ser una suerte de bastión de la derecha conservadora en Centroamérica.
Claramente Giammattei y Miguelito no cerraron elPeriódico directamente y con lujo descarado de la fuerza, a lo Daniel Ortega en Nicaragua. No son tan populares como lo es Bukele en El Salvador, o fuertes como Ortega en Nicaragua. Lo hicieron a la chapina, tirando la piedra y escondiendo la mano, cual sepulcros blanqueados navegando con bandera de inocentes.
El gran «pecado» de José Rubén Zamora es haber publicado, a su forma y estilo si se quiere, las verdades de la corrupción en Guatemala. No se le persigue y juzga directamente por eso, o por su actividad periodística, sino mediante una maniobra judicial asquerosa, en la que se fabricó en tiempo récord un caso judicial de lavado de dinero, chantaje y tráfico de influencias, poco tiempo después de que elPeriódico publicara sendos reportajes sobre los excesos corruptos de Giammattei y Miguelito.
El caso contra Zamora no solo es risible desde el punto de vista técnico jurídico, sino repugna por las tácticas usadas, como la intimidación a los empleados del medio y presiones a los allegados a Zamora para que declaren en su contra, lo que ya ha sucedido. Pero, además, insulta la inteligencia de la ciudadanía la celeridad y saña con la que actúa el Ministerio Público de Consuelo Porras y especialmente la Fiscalía Especial Contra la Impunidad de Rafael Curruchiche. El contraste entre las anomalías que ocurrieron en elPeriódico, con la realidad cotidiana de miles de narcos y corruptos andando campantes por toda Guatemala, algunos incluso, inscritos como candidatos a cargos de elección popular.
No se trata de defender a Zamora como si se tratase de un angelito, ni a elPeriódico como si fuese un medio perfecto e infalible. Se trata de que, al perder Zamora y elPeriódico, perdemos todos y Guatemala se aleja más del objetivo democrático.
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