Es harta obligación del Tribunal Supremo Electoral (TSE), no demostrar favoritismo ni rechazo a ninguna candidatura, tal como este ejemplo evidencia. El TSE está a tiempo de enmendar esta enorme torpeza y metida de pata, y todas y todos debemos exigir que lo haga.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) está cometiendo el peor de los errores, demostrar sesgo y favoritismo para las candidaturas afines a Giammattei y la alianza oficialista.
En este momento crítico, en términos muy sencillos el TSE puede cometer dos errores básicos: el primero, inscribir candidaturas que tienen impedimento; el segundo, rechazar la inscripción de candidaturas que no tienen impedimento. Pero quizá haya un error aún más grave, incurrir simultáneamente en ambos, al evidenc...
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) está cometiendo el peor de los errores, demostrar sesgo y favoritismo para las candidaturas afines a Giammattei y la alianza oficialista.
En este momento crítico, en términos muy sencillos el TSE puede cometer dos errores básicos: el primero, inscribir candidaturas que tienen impedimento; el segundo, rechazar la inscripción de candidaturas que no tienen impedimento. Pero quizá haya un error aún más grave, incurrir simultáneamente en ambos, al evidenciar un sesgo y preferencia a favor de las candidaturas oficialistas, registrándolas pese a que puedan tener impedimentos, a la vez que rechaza las candidaturas de oposición más fuertes, pese a que en realidad no tengan impedimentos.
Por supuesto, no se trata de exigir una institución perfecta e infalible, como no existen candidaturas perfectas y prístinas. Pero, la decisión del TSE de rechazar la inscripción del binomio presidencial del partido Movimiento de Liberación de los Pueblos (MLP), integrado por Thelma Cabrera, como aspirante a la presidencia de la República y por Jordán Rodas, aspirante a la vicepresidenta, ha hecho escándalo y está detonando niveles peligrosos de enojo ciudadano y popular. Además, es una acción muy peligrosa, porque el MLP es claramente una organización política ideológicamente opuesta a la alianza oficialista en el poder y a los grupos de empresarios privados más radicales. Terminan de agudizar la situación los anuncios en redes sociales de actores nefastos como Ricardo Méndez Ruíz y su Fundación Contra el Terrorismo y la de los agentes de desestabilización política y social conocidos como net centers.
En contraste, por ejemplo, el TSE inscribió a Zury Ríos Sosa como candidata presidencial por la coalición partidaria Valor – Partido Unionista (PU). El problema en sí no es la naturaleza de las candidaturas de Cabrera, Rodas o Ríos, sino la inconsistencia notoria, torpe y descarada, de los criterios aplicados por el TSE en cada caso.
[frasepzp1]
Por un lado, se alega que el problema es que Jordán Rodas carece de finiquito de la Contraloría General de Cuentas (CGC), pese a que él mismo ha publicado en redes sociales copia de ese documento y una captura de pantalla del sistema de la CGC en el que se ratifica la validez del documento. El ejemplo de la señora Ríos Sosa es relevante porque tiene prohibición constitucional expresa, por injusta que se considere esa disposición en la Carta Magna, toda vez el artículo 186 constitucional dice:
« ARTÍCULO 186.- Prohibiciones para optar a los cargos de Presidente o Vicepresidente de la República. No podrán optar al cargo de Presidente o Vicepresidente de la República:
…
Con esto, es legítimo el cuestionamiento al TSE: ¿por qué si inscribió a Ríos con prohibición constitucional explícita, y no a Rodas por alegatos de carecer de un requisito que sí tiene y cumple? O, ¿por qué es laxo, tolerante y flexible con Ríos y no con Rodas?
Es harta obligación del TSE no demostrar favoritismo ni rechazo a ninguna candidatura, tal como este ejemplo evidencia. El TSE está a tiempo de enmendar esta enorme torpeza y metida de pata, y todas y todos debemos exigir que lo haga, independientemente de nuestro posicionamiento ideológico o nuestras preferencias políticas.
OTROS ESPECIALES DE PLAZA PÚBLICA
Más de este autor