1
Neto vuelve a casa oliendo a rayos y molido de trabajar. Cruza el dintel soñando con la ducha, la sopa y la cama. Eso será después. Ahora tiene combate cuerpo a cuerpo con los gemelos de siete años. Crecen sanos. Están fuertes. Lo machacan bien. Muertos de risa, solo rompen el doble candado al cuello bajo el reclamo seco de mamá. Revisar tareas, dormir a los chicos, comentar el trabajo, disfrutar de intimidad. Y cobrar otro día de esfuerzo en horas de sueño.
2
En 2015, el 40% de los guatemaltecos tienen menos de 15 años. El 4%, más de 65. En el grupo de 15 a 64, el 40% no tienen trabajo ni lo están buscando. Y de cada cinco inactivos, cuatro son mujeres. Juntos suman nueve millones de habitantes. Satisfacer la demanda mínima de alimentos de los económicamente dependientes costaría 66 000 millones de quetzales, y suplir sus necesidades básicas, 121 millardos. El ingreso laboral promedio cubre 37% del monto necesario. Si el trabajador es joven, rural o indígena, le falta el 76%. En promedio, un agujero de 76 millardos de quetzales, comparable con el presupuesto de Gobierno para 2017.
3
Para Neto no es fácil. Con los ingresos de ambos cubren necesidades básicas, pagan las cuentas y engordan el tecolote de cumpleaños, vacaciones y Navidades. Las cuotas de vivienda son más complicadas. Con descuentos al salario contribuyen al fondo de salud y de pensiones. La capacitación laboral[1] les permitió obtener un trabajo formal. Hoy aportan impuestos para el sostenimiento de los servicios públicos y la atención de los más vulnerables. Si las cosas van bien, también sus chicos serán contribuyentes netos y la vejez no será tan dura de vivir.
4
El 78% de la población económicamente activa no tiene diversificado completo. De hecho, casi cuatro millones carecen de escolaridad o tienen algún grado de educación primaria. Subsisten, subempleados y subremunerados, en la agricultura, el comercio y los servicios. Fuera de los afiliados al IGSS (1.3 millones, de los cuales un millón viven en Guatemala y Escuintla), casi nadie está protegido contra enfermedades, accidentes, discapacidad, vejez y supervivencia.
5
Neto sueña con una vida mejor para sus chicos, sin hambre ni golpes, sin trabajo agrícola compartido con la escuela ni penurias económicas causadas por la violencia, las enfermedades y los desastres ambientales. Confía en su propio trabajo, pero sabe que también se necesitan instituciones eficaces, infraestructura social y productiva, programas que den a los jóvenes los medios para ser independientes, conscientes de su deber con la sociedad y moralmente responsables[2] para con los miembros más vulnerables de esta.
6
La población activa sostiene tanto al Estado como a la población inactiva. La carga tributaria, menor al 12% en los últimos siete años, descansa en impuestos al consumo y la renta. Ambos son regresivos y carecen de efecto redistributivo. El déficit crónico, reptante, está diseñado para generar dividendos a la banca comercial sobre los 8 000 millones de dólares de deuda interna. A corto plazo, la colcha de retazos debe ser sustituida por un sistema congruente y responsable, sin rembolsos y exenciones que han reproducido y enquistado clanes de fraude y evasión.
7
¿Por qué un Estado tan pobre se percibe como fuente de riqueza? Las inversiones urgentes son enormes, las condiciones empeoran, el gasto y la deuda crecen y la gestión de lo público es cada día menos efectiva y más corrupta. ¿Cómo recuperar el Estado secuestrado por clanes rentistas privados?
8
El próximo gobierno deberá desmantelar los focos de corrupción, restructurar la participación de las comunidades, involucrar grupos ciudadanos en las funciones de planificación y control de la gestión pública, regularizar el servicio civil y organizar las funciones y estructuras del Estado en torno a objetivos de desarrollo a largo plazo. Provocar que así sea es el máximo desafío del poder ciudadano. ¿Podemos?
[1] El campo y un marco de metas 2021 se describen aquí: http://www.oei.es/metas2021/foroetp.htm.
[2] Terchek, R. J. (2000). «Gandhian Autonony in the Late Modern World». En: Ghandi: Freedom and Self-Rule. Anthony Parel (ed.). Lexington Books.
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