Supongo que, en la agenda que Baldizón tenía preparada para su periplo por Washington D. C., la entrevista en CNN sería una suerte de broche de oro: la guinda sobre su pastel de contraofensiva a las investigaciones en contra del vicepresidenciable Barquín y de algunos congresistas de Líder, una camarilla de corruptos histriónicos y desafiantes. Imagino que la intervención en la cadena noticiosa estadounidense era parte de una de las técnicas estándares que Noam Chomsky identifica para la manipulación mediática.
Efectivamente, Baldizón les apuesta a estrategias que con autoridad explica Chomsky: la distracción, crear problemas para luego ofrecer las soluciones, utilizar las emociones en vez de la reflexión, subestimar al público y mantener la ignorancia y la mediocridad, entre otras. Sin embargo, y de manera muy afortunada, Martín Rodríguez, director del medio digital Nómada, llamó la atención de las redes sociales con su artículo «Récord de Baldizón: 14.5 mentiras en 7.23 minutos en CNN». La cadena internacional vio una oportunidad de oro para elevar sus ratings: entrevistó a Rodríguez y desnudó las mentiras de Baldizón y la forma como pretendió subestimar al público. De ese modo, la estrategia del candidato presidencial se vino abajo: en vez de un rédito logró un grave revés mediático.
¿Significa la metida de pata de Baldizón en CNN su derrota electoral? Lamentable y trágicamente no. Leyendo a Chomsky queda claro que no solo es posible, sino también estratégico para ganar votos en un año electoral, manipular los medios, crear problemas para luego ofrecer las soluciones y estimular emociones fuertes. Baldizón viene haciendo esto por años, y en los últimos seis con el claro objetivo de ser electo presidente y desde el Gobierno expandir sus negocios, como él siempre lo ha soñado. Es decir, el daño en Guatemala está hecho desde hace años. Y es profundo.
Es verdad que las investigaciones del MP y la Cicig en contra de cuadros importantes de Líder, además del revés de haber visto desveladas sus mentiras en su desastre en CNN, ya están impactando en la opinión pública, y seguramente también en la intención de voto de un número creciente de electores. Pero también es verdad que los electores acarreados y los sometidos por su pobreza y miseria al clientelismo político son muchos, demasiados, y en buena medida votarán por Baldizón. Además, los llamados al voto nulo y a la abstención están siendo efectivos, y menos votos contra Baldizón duplican el valor de los votos pro-Baldizón. El electorado consciente y responsable rechaza el sistema político y a los políticos, a todos, por lo que no percibe una opción por quien votar, por lo menos como voto anti-Baldizón.
Es ya un pulso: Guatemala versus Baldizón. O la Guatemala de la esperanza y el anhelo por derrotar la corrupción y la impunidad, de democracia funcional y electores informados, contra la Guatemala de hasta hoy: de pobres acarreados y de corruptos impunes y desafiantes que viven del círculo vicioso de la pobreza y el subdesarrollo.
Me da tanta congoja esta incertidumbre: ¿cuál de estas dos Guatemalas ganará este 6 de septiembre?
Baldizón sabe que lo de CNN y las acusaciones del MP y la Cicig atentan contra la certeza de su codiciada victoria electoral, pero también sabe que no está derrotado y que sus posibilidades de ganar son muy altas. Al igual que Goebbels y Chomsky, sabe que su estrategia de mentira sistemática y manipulación mediática funciona. La historia está repleta de casos en los que ha funcionado.
¿Sabemos nosotros que el 6 de septiembre podemos frenarlo?
Más de este autor