La decisión del Consejo Superior Universitario (CSU) de la Universidad de San Carlos (Usac), de expulsar a uno de sus integrantes no ha pasado desapercibida. La medida contra Camilo García, representante estudiantil de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmcia, ante el CSU, es ilegal y arbitraria. Por ello ha llamado la atención dentro y fuera del país.
En la segunda sesión de este año, el CSU conoció el caso presentado ante sí mismo, por el representante del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala (CANG). Camilo García fue denunciado por hacer uso de su derecho de libertad de expresión en tanto miembro del cuerpo colegiado que es el CSU. Señaló a Wálter Mazariegos como impostor, en virtud de haber sido impuesto mediante fraude como rector de la Usac. También calificó de cobardes a quienes integran el CSU, por permitir dicho fraude y no adoptar medidas de corrección ante el mismo.
La unidad jurídica de la Usac informó que el representante estudiantil incurrió en falta a la ética al haber señalado de impostor al rector y cobardes a los miembros del CSU. Las expresiones del estudiante se dieron en el marco de su participación en las reuniones del CSU en tanto integrante de este. De manera que castigarle con la máxima sanción no solo es desproporcionado sino ilegal. Sin embargo, el CSU basa su disposición en un dictamen del departamento jurídico, el cual aseveró que procedía la medida por falta a la ética.
Desde el momento en que se conoció el acuerdo del CSU se han incrementado las voces de rechazo y el cuestionamiento a la legalidad del mismo. Camilo García no solo es un representante electo por sus pares para integrar el CSU. Es también un estudiante con las más altas calificaciones y la decisión arbitraria cercena su derecho a la educación y reprime su derecho a la libertad de expresión.
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Llamar las cosas por su nombre, usurpador a quien fue impuesto mediante fraude y cobardes a quienes lo callaron y apañaron no es falta a la ética. Faltas a la ética han sido muchas acciones como las toleradas a quienes usurparon la Asociación de Estudiantes Universitarios Oliverio Castañeda de León, por más de 20 años. Faltas a la ética han sido las vergonzosas actuaciones de representantes de la Usac en las comisiones de postulación para autoridades judiciales. Faltas a la ética son los actos de corrupción del ex rector Murphy Paiz. Faltas a la ética son las actuaciones de los ex rectores como Jafeth Cabrera vicepresidente del gobierno corrupto de Jimmy Morales o, Jafeth Cabrera que dio posesión anticipada a Morales en el Parlamento Centroamericano (Parlacen) para garantizarle impunidad.
Esas actuaciones sí son faltas a la ética y en su mayoría constituyen delitos. La actuación de Camilo García en cambio, es una expresión digna de la defensa de la autonomía y de la necesidad de recuperación del espíritu verdadero de la Usac. Por ello es que la voz de Camilo se ha multiplicado y se ha transformado en un coro social que repite a todo pulmón que Wálter Mazariegos es un impostor y los miembros del CSU que lo apañan un grupo de cobardes.
Proteger la autonomía, pero sobre todo hacer verbo el compromiso social de la Usac, costó la vida de miles de mujeres y hombres. Como profesionales, en la docencia, como parte de su personal o como estudiantes, sus vidas fueron ofrendadas en defensa de los más caros ideales de la Autónoma y Tricentenaria que ahora necesita ser rescatada de las garras de la corrupción.
La encrucijada a la que el estamento de corrupción ha llevado a la única universidad estatal solo puede ser superada con el concurso de la comunidad universitaria y la sociedad guatemalteca.
Esta última necesita comprender que la universidad le pertenece, que es su patrimonio y que su defensa es su mayor responsabilidad. Camilo no debe estar solo. Como tampoco debe estar sola esa digna resistencia que se ha enfrentado a la usurpación y la cobardía.
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