Sin duda alguna, en Guatemala no aprendemos de los desastres que nos acometen. Los terremotos y los huracanes nos cierran vuelta, a la desnutrición infantil se le aborda mitigando su impacto, pero no tratando sus causas (no es un problema monocausal) y las epidemias nos caen como aguaceros imprevistos, en pleno siglo XXI.
Este artículo tiene como propósito dar a conocer algunas generalidades de la enfermedad llamada dengue, conocida también como fiebre quebrantahuesos por el dolor que provoca en músculos, huesos y articulaciones. No se trata de un artículo científico relacionado con los cuatro serotipos virales del dengue (DEN-1, DEN-2, DEN-3 Y DEN-4), sino de conocimientos básicos que nos pueden ayudar a prevenir o a bien tratar la enfermedad, porque de nuevo, como durante la pandemia de Covid-19, los guatemaltecos estamos navegando solos. El contenido está sustentado en autores varios y puede encontrarse en diferentes páginas de Internet relacionadas con temas de salud.
¿Cómo se transmite? Es muy importante saber que no se trata de un contagio de persona a persona. Se transmite por medio de la picadura de los mosquitos que en Guatemala conocemos como zancudos. Son dos las especies más comunes en nuestro medio: Aedes aegypti y Aedes albopictus. Se reconocen por los segmentos blancos que tienen en sus patas.
Estas especies de mosquito pueden transmitir otras enfermedades cuyos síntomas son, con frecuencia, similares. Pueden contagiar la enfermedad conocida como chikunguña (artritis epidémica), la fiebre del Zika, conocida solamente como Zika y también una enfermedad desaparecida en Guatemala pero que provocó muchas muertes durante las primeras décadas del siglo XX conocida como fiebre amarilla o vómito negro.
Se colige entonces, del párrafo anterior, la necesidad de mantener nuestros ambientes libres de zancudos.
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Los signos y síntomas aparecen entre 4 y 14 días después de haber sido picada una persona por un mosquito infectado. La media es de 4 a 8 días, aunque hay casos reportados cuya sintomatología hizo presencia entre 2 y 7 días posteriores a la picadura. Consisten en fiebre alta, dolor de cabeza, dolor en músculos, huesos y articulaciones y, en casos graves, sangrado en la nariz o en las encías. Estos signos son muy alarmantes y premonitorios de un estado de gravedad a corto plazo.
Las hemorragias que se producen en los casos alarmantes son a causa de las lesiones que provoca el virus en el endotelio vascular, de la trombocitopenia (bajo número de plaquetas) y de una función inadecuada de las plaquetas.
Es conveniente hacer notar que no existe un tratamiento específico para el dengue. No existen agentes antivirales y mucho menos antibióticos que puedan contrarrestarlo. Pero sí hay tratamientos paliativos que puede evitar que la persona enferma llegue a un estado de gravedad. Para ello, es preciso consultar con el médico y/o acudir al puesto de salud más cercano cuando se perciben los síntomas o los signos.
Es necesario recordar que los síntomas y signos se pueden confundir con dos o tres enfermedades que tienen sintomatología parecida. Por esa razón, es ineludible hacer pruebas diagnósticas para saber a qué nos estamos enfrentando, como pacientes y como médicos.
Es muy importante que en nuestras casas hagamos una concienzuda revisión de reservorios donde pueda haber zancudos y larvas, botes, floreros con agua que no se ha cambiado durante varios días, pilas a manera de pequeños tanques, chatarra, maleza crecida, llantas de carro en desuso y cuanto utensilio pueda albergar mosquitos.
Debemos tener muy en cuenta que las medidas preventivas y de control de los vectores (organismos vivos que transmiten un agente infeccioso entre seres humanos y animales) concierne no solo a las dependencias del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social de los países del mundo. Es tarea también de la familia, de la comunidad y del vecindario.
Los casos en Guatemala van en alza (más de 14 mil documentados a fecha 7/09/2023). Por favor, ante semejante brote, consulte al médico o acuda al centro de salud más cercano si percibe alguna molestia relacionada con dicha enfermedad. No consuma aspirina y no se automedique.
Hasta la próxima semana, si Dios nos lo permite.
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