En la anterior columna citamos a Susan Haack: «La integridad intelectual requiere honestidad, rigor y resistencia a los sesgos». También dijimos que el rumbo de estas columnas está fijado hacia los cultivos transgénicos y la biodiversidad, pero que antes debemos tratar de entender cosas que nos permitirán razonar con integridad intelectual.
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Terminó aquella columna haciendo ver que las civilizaciones ancestrales fueron hábiles en el manejo de biotecnologías. Procese mentalmente lo siguiente: el maíz (planta del género Zea y de la especie mays) se originó por la manipulación genética por nuestros ancestros, que lograron crearlo a partir de una planta totalmente diferente (teocinte, encontrado en Guatemala como Zea mays ssp. huehuetenanguensis y Zea mays ssp. luxurians). Los teocintes no se parecen al maíz, no tienen una caña erecta con mazorcas laterales y cada mazorca llena de granos. Se trata de algo más parecido al pasto, con tallo muy delgado a lo largo del cual surgen solitarios granos alternos. Los abuelos mayas hoy serían llamados fitomejoradores o biotecnólogos. Ellos se dedicaron a cruzar plantas una y otra vez, en un ciclo que pudo haber durado, cuando menos, varios decenios (especulación propia).
El conocimiento transgeneracional ha permitido seguir mejorando genéticamente el maíz, sea por fecundación natural, impulsada por el viento y los polinizadores, o mediante manos humanas que seleccionan las plantas donantes y receptoras de polen. Como nos guste o no, estamos hablando de biotecnología. Hagamos una clasificación comprensible de lo que es la biotecnología actual que, seguramente, evolucionará a pasos gigantes en cuanto las máquinas de inteligencia artificial (IA) apliquen técnicas de autoaprendizaje a partir del big data de la investigación científica de todo el mundo.
Para hacerlo corto, digamos que los datos masivos o big data se caracterizan por ser depósitos de datos cuantitativos (registros agrometeorológicos, caracterizaciones de suelos, bitácoras y planes de manejo de cultivos, genomas vueltos algoritmos, resultados de mutaciones genéticas naturales o inducidas…) y cualitativos (aquí pueden entrar dibujos detallados, fotografías, videos). Al establecer patrones demostrados de causa y efecto, así como funciones entre variables múltiples, la IA permitirá modelar y validar protocolos biotecnológicos en cuestión de segundos y no de décadas de investigación. Es para maravillarse y para asustarse en forma superlativa.
Volviendo a una sencilla clasificación de biotecnología, puede agruparse así, según nivel de intervención:
1. Convencional: selección de mejores especímenes (como en la creación o modificación de razas de perros mediante cruzamientos múltiples o la selección de semillas de maíz por agricultores con tecnología ancestral, la fermentación de cacao bajo hojas de plátano, la polinización manual de vainilla y el uso de abonos orgánicos que activan microbios, los injertos frutales, fermentación de vino y cerveza, quesos y yogures, cultivo de shiitake.
2. Celular/tisular o de tejidos: cultivos meristemáticos (los meristemos son las partes de las plantas en constante crecimiento, como las puntas de las raíces y de los tallos o las puntas —cogollos le dicen en algunos lugares— de donde se generan las flores; se utiliza para producir vegetales libres de virus cuando estos ya están presentes en las semillas de cada generación. En Guatemala, la papaya contiene un virus heredado de generación en generación y solo los meristemos están libres, por lo que esta técnica ha permitido la continuidad del cultivo. Las plantas se reproducen por cultivo de meristemos en laboratorio y no por siembra tradicional).
También se usa la embriogénesis somática (a partir de células de tejido no reproductivo se induce la formación de organismos completos), esto también ayuda a producir plantas libres de enfermedades heredadas.
3. Molecular: ingeniería genética, CRISPR, marcadores, radiación mutagénica (radiación dirigida a alterar el ADN e inducir alteraciones que podrían —o no— causar cambios que la evolución y la selección natural podrían haber provocado, solo que la escala de tiempo para que se produzcan es muy diferente: meses contra siglos) .
Para esta tercera categoría solo se ha dado un primer trazo. En la próxima columna nos internaremos un poco en estos conceptos. Se recomienda ir a los enlaces que se han colocado en el texto a fin de profundizar en los temas.
Más adelante también aportaremos conclusiones sencillas para este asunto tan complejo
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