La Feria Internacional de Libro en Guatemala (Filgua) es una oportunidad para contrarrestar la ola de problemas y amenazas que acarrea la falta de lectura.
Numerosos estudios fundamentan la preocupación porque cada vez se lee menos en Guatemala. Acongoja pensar en (y conocer) personas que nunca han leído un libro. Por un lado, según el censo de 2018 el índice de analfabetismo es de 18.5 %, o sea, alrededor de una de cada cinco personas, unas 2.3 millones, en Guatem...
Numerosos estudios fundamentan la preocupación porque cada vez se lee menos en Guatemala. Acongoja pensar en (y conocer) personas que nunca han leído un libro. Por un lado, según el censo de 2018 el índice de analfabetismo es de 18.5 %, o sea, alrededor de una de cada cinco personas, unas 2.3 millones, en Guatemala no sabe leer ni escribir. Aunque es una mejora de los vergonzosos niveles históricos, casi 75 % en la década de 1950 y 40.7 % en 1989, el analfabetismo en Guatemala sigue siendo demasiado alto. ¿Cuándo será una prioridad para el Gobierno erradicarlo?
Por otro lado, los estudiosos y conocedores de estos temas advierten que, aunque Guatemala lograra erradicar el analfabetismo absoluto; es decir, que toda persona guatemalteca fuera capaz de leer o escribir un texto, existen complejidades como el analfabetismo funcional y el analfabetismo digital, referido el primero a la situación en la que se puede leer y escribir mecánicamente, pero no comprender las ideas escritas; el segundo, propio de nuestra época, la abundancia de personas perfectamente capaces de leer, escribir y comprender lo escrito, pero no en los dispositivos tecnológicos y medios digitales modernos.
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Pero el problema es más profundo y complejo. Millones de personas, solo en Guatemala, no son analfabetas absolutas, funcionales ni digitales, pero no leen, ni en papel ni en pantalla. Preocupa el caso especial de quienes, por mucho, no son analfabetos digitales, es más, gozan de pericia en el manejo de dispositivos tecnológicos, pero son incapaces de redactar una cuartilla, o de comprender un texto de más de 280 caracteres (el límite máximo en la red social X, antes twitter). La realidad es tan grave que los estrategas de la comunicación recomiendan que, hoy en día, para transmitir con efectividad un mensaje, deben evitarse los textos largos o, de hecho, evitar textos, y depender de medios audiovisuales.
Pero, al margen de la comunicación estratégica, estamos entonces condenados a no leer grandes logros de la humanidad como Don Quijote de la Mancha de Cervantes, Los miserables de Víctor Hugo o La Odisea de Homero, por nombrar tres libros voluminosos, o El túnel de Sábato o La metamorfosis de Kafka, para mencionar algunos esenciales que no son tan voluminosos. Nada de Miguel Ángel Asturias, Luis Cardoza y Aragón, José Milla y Vidaurre ni de Francisco Pérez de Antón (el escritor homenajeado en la Filgua 2024), por recordar solo algunos escritores guatemaltecos.
Del horror y la preocupación uno pasa a la tristeza al ver a jóvenes, desparramados en un sillón, desperdiciando sus mejores años, idos en el teléfono «inteligente», no leyendo, sino viendo videos y otros «contenidos», que, paradójicamente, están vacíos de conocimiento, información veraz o utilidad. O, constatar, cómo abusan de las aplicaciones de inteligencia artificial, otrora éxito sin precedentes de matemáticos y filósofos, y que ahora son la principal amenaza a los procesos de aprendizaje.
La Filgua es un oasis que mitiga la crisis estructural global asociada a la falta de lectura, muy aguda en Guatemala. Reivindica el valor de la lectura, como elemento fundamental del desarrollo humano, útil sí, pero también como ocio y solaz legítimos.
Así que, si le preocupa la forma en que sus hijos, o usted mismo, pierden tiempo y vida prendidos del teléfono viendo «contenidos» sin valor ni beneficio, si le preocupa cómo el abuso sistemático de las aplicaciones de inteligencia artificial alimenta la ignorancia y la incapacidad, llévelos y vaya usted a la Filgua. En 2024, será en Majadas 11, del 4 al 14 de julio.
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