El orden de su reseña en este escrito no presupone hegemonía alguna. Sucede que una fue presentada el 24 de marzo y la otra el 30 de noviembre, las dos puestas al servicio de la humanidad en el Salón de Honor de la Municipalidad de Quetzaltenango. La primera se trata Plenitud de vida. Pensamiento maya, del doctor Daniel Matul Morales; la otra es El sello de los tiempos. Vivencias de un periodista, del licenciado Julio Rodolfo Custodio García.
Vamos entonces a nuestro cometido.
De Plenitud de vida. Pensamiento maya: su prefacio fue escrito por el ilustre teólogo Leonardo Boff y desde el primer párrafo marca rumbo: «Trátase de un diálogo entre la ancestral cosmología maya con la contemporánea cosmogénesis que incorpora la mecánica cuántica, la nueva biología, en una palabra, las ciencias de la vida y de la Tierra. El autor se mueve con naturalidad por entre estas varias ramas de ciencia, confrontándose con lo que conoce de su propia cultura maya». Luego coteja su propio pensamiento (en el tercer párrafo de su glosa) cuando, refiriéndose a la línea de pensamiento del doctor Daniel Matul Morales, explicita: «No somos nosotros que vamos descubriendo la sinfonía cuerpo-mente-tierra-universo. Es esta sinfonía que se sirve de nosotros, seres humanos, para manifestarse y hacer historia» (L. Boff).
El doctor Daniel Matul buscó las huellas de los antepasados bajo la credencial de su libro. Así lo dice en la introducción. Una credencial que es la plenitud de vida. Una credencial que también han buscado otros investigadores como el antropólogo Carlos Rafael Cabarrús, quien, en su libro La danza de los íntimos deseos. Siendo persona en plenitud, se hizo acompañar del poeta Machado con aquella estrofa de su poema Retrato: «A distinguir me paro, las voces de los ecos». Y explica que la única voz que importaba era la voz del Creador y del tiempo, en una noción mística para sentir el universo sin intermediaciones religiosas. ¡Cuánto hemos encontrado en la obra del doctor Matul con relación a las voces y los ecos de nuestra historia invitándonos a redescubrir nuestra identidad mesoamericana!
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¿Qué más se puede acotar acerca de una obra avalada y acrisolada por Leonardo Boff? Quizá solo rememorar esas consonancias de diálogo relacionadas con la plenitud de la vida: «¿Por qué el corazón cultural más antiguo de Abya-Yala puede contribuir a la revalorización de la herencia cultural humana?, ¿en qué medida nuestras culturas testimonio podrían cooperar a la elaboración del nuevo proyecto de vida en el siglo XXI?, ¿será posible correlacionar el conocimiento de la teoría cuántica, las ciencias de la vida, la holografía, las teorías de la complejidad y de sistemas, con el pensamiento del Mayab para retomar la herencia cósmica que nos es común a los seres vivos?» (D. Matul). Las respuestas las tendrá el lector al terminar de leerla.
Adentrémonos ahora en la segunda obra.
De El sello de los tiempos. Vivencia de un periodista: el ilustre periodista Julio Rodolfo Custodio me concedió el honor de prologar su obra y sea suficiente exponer que solo en la primera lectura documenté sesenta y ocho ideas fuerza que invitan a la coherencia en el actuar, al testimonio de vida, a la valoración de la inteligencia emocional y a la incursión en las nuevas tecnologías que cada tiempo va poniendo al servicio de la humanidad. Mismas que, al significarlas, invitan todas a la alteridad. Es decir, a descubrir la otredad para ponerse en sintonía con ella y al servicio de ella.
Esos juicios, asumidos como la capacidad de distinguir por medio del intelecto o por mociones del espíritu el encuentro del bien en la vida diaria o en medio de un caos, se puede distinguir como un don resumido en tres reglas que el periodista Julio Rodolfo Custodio García nos expone como testimonio.
La primera plantea el sano juicio de cómo caminar en la vida. La segunda plantea el choque entre el principio y fundamento de vida de una persona y los susurros que impelen a conducirse en vía contraria. La tercera regla invita a la búsqueda de la verdad y pone en alto relieve el consuelo que provee su pleno ejercicio al servicio de los demás. Estas condiciones se descubren en sus textos cuando afronta con valentía el vacío de autenticidad que hay en nuestras sociedades.
Así pues, sumergirse en el libro El sello de los tiempos. Vivencias de un periodista, implica recorrer la vida del autor bajo el influjo de un enfoque periodístico según el propósito del autor, sin embargo, a la luz de sus textos, el lector cae en la cuenta que no solo se trata de un rumbo, sino de toda una existencia signada por la capacidad de discernimiento que tiene como principio y fundamento la familia, el santo temor de Dios, la honradez, el liderazgo y la bonhomía.
De las dos obras: identidad y alteridad, virtudes a discernir por medio de la lectura de estos dos ensayos (género literario al que pertenecen). Encarnarlas nos permitirá retomar el rumbo cierto que como sociedad perdimos hace muchos años.
Hasta el próximo 2024, si Dios nos lo permite.
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