Agua y aire puro son elementos fundamentales para la supervivencia. El primero es escaso o, incluso, brilla por su ausencia en colonias citadinas, mientras que el segundo cada vez disminuye, no solo por la creciente contaminación, sino por la implacable tala que causa la construcción de complejos comerciales y habitacionales en sectores considerados «pulmones naturales».
Y es que con cada metro cuadrado cubierto con cemento padecen las áreas verdes en unidades familiares, o se cortan árboles en plazas destinadas al ocio y el consumo. Más comercios conlleva inversión y empleo, muy positivo para la economía, en tanto que nuevos techos coadyuvan a reducir el déficit de vivienda; sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas.
En las zonas 10 y 14, por ejemplo, de la noche a la mañana cambian las postales por la continua ampliación o levantamiento de edificios, entre comerciales, habitacionales y de oficinas, sin que deje de llamar la atención que, en no pocos casos, la ocupación resulta baja cuando todos sus espacios están acabados. Otras zonas que muestran el boom de la vivienda vertical son la 2, 4, 6, 11, 12, 15 y 18. Por supuesto, la imagen que no se modifica es la de los asentamientos precarios, en donde las condiciones de vida son inhumanas por la carencia de servicios básicos.
Por la zona 16 fluyen construcciones al paso de la desaparición de bosques y en fracciones más populares se levantan edificios de apartamentos, incluso en lugares que motivan la inquietud de saber cómo los hicieron. Uno es el que colinda con el puente «El Incienso», nombrado «Martín Prado Vélez», en honor del alcalde metropolitano de los inicios de la segunda mitad del siglo pasado.
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Cualquier iniciativa de construcción debe cumplir gestiones antes de ser autorizada. Para el efecto se involucran diferentes instituciones, la mayoría del Organismo Ejecutivo, y la municipalidad. Los detalles de los proyectos y los requisitos son amplios y profundos, ya que, en esencia, se deben cuidar todos los aspectos asociados con la seguridad de la comunidad. Y es que un nuevo edificio se asienta en terrenos provistos de todo lo apropiado para soportarlo sin generar daños irreversibles en el entorno.
Respecto de lo señalado es oportuno mencionar el informe que para Naciones Unidas elaboró en 1987 la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, la que bajo el liderazgo de la médica y política noruega Gro Harlem Brundtland definió el desarrollo sostenible como el «…que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades».
En ese contexto vale sacar a colación lo que está ocurriendo en El Zapote, zona 2, donde conviven una universidad y una de las principales industrias del país, así como una gran cadena de comercios y unidades familiares diversas, «a ras del suelo». En esta parte de la ciudad repentinamente han empezado a erigirse construcciones verticales. Por lo menos una lleva dos años detenida por la oposición del vecindario, mientras que «en defensa del agua y frente al riesgo de desgracias ocasionadas por deslizamientos», se han fortalecido las voces que piden cuentas a la comuna por las que avanzan a un ritmo de trabajo de 24 horas de lunes a domingo.
Y es que a lo descrito debe añadirse el incremento del tránsito, con el apunte de que en el sector solo se puede entrar y salir por el Anillo Periférico. En ese sentido, hay riesgos de que en un determinado momento una parte del área quede aislada, pues se han realizado variados estudios profesionales que promueven la prevención.
También es importante aludir al Artículo 44 de la carta magna: «… Los derechos y garantías que otorga la Constitución no excluyen otros que, aunque no figuren expresamente en ella, son inherentes a la persona humana. El interés social prevalece sobre el interés particular. Serán nulas ipso jure las leyes y las disposiciones gubernativas o de cualquier otro orden que disminuyan, restrinjan o tergiversen los derechos que la Constitución garantiza». Tal precepto, junto con la responsabilidad que implica decidir, abre un paréntesis de cara a lo que se avecina
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