Se trata de un software que nos ayudará a prevenir la deserción académica y a proveer un acompañamiento personalizado a los estudiantes que tengan factores de riesgo en su proceso de formación. Nos permitirá la ejecución de acciones precisas y concisas en salvamento de nuestro santo grial. Me refiero al significado que tiene para nosotros cada una y cada uno de nuestros alumnos.
Para este lanzamiento se realizó el conversatorio El cuidado del estudiante landivariano con la adopción de la herramienta STELLA. Moderó el coloquio la Mgtr. Lissette de Calderón, Directora de Trayectoria Estudiantil de la Vicerrectoría Académica; fueron panelistas, el ingeniero en sistemas Andrés Poduje, Director de Operaciones de Foris, Colombia, y la Mgtr. Brenda Alvarado, Coordinadora de la carrera de Ingeniería Civil Administrativa del campus San Pedro Claver, S.J. de La Verapaz. El ingeniero Poduje lidera la empresa Foris, desarrolladora de la herramienta Stella. Ambos profesionales ejemplificaron, de manera vivencial y con casos específicos, cómo este producto tecnológico pondrá la inteligencia artificial al servicio del ser humano.
Nos acompañaron invitados de instituciones públicas y privadas, y estuvo con nosotros don Rodolfo Valenzuela Núñez, Obispo titular de la Diócesis de Verapaz.
Más allá de otro paso firme hacia el espacio profundo de la academia del siglo XXI, para nosotros, el Sistema Universitario Landivariano, Stella viene –también– a fortalecer nuestra misión en orden a las Preferencias Apostólicas Universales. Estas nos marcan norte y derrotero con relación a cuatro áreas muy importantes por trabajar en orden al contexto mundial y local cuando menos, durante el próximo decenio. Estas son (sin que el orden implique supremacía de una sobre otra): Mostrar el camino hacia Dios mediante los ejercicios espirituales y el discernimiento; caminar junto a los pobres, los descartados del mundo y los vulnerados en su dignidad en una misión de reconciliación y justicia; acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro esperanzador; y, cuidar de nuestra casa común.
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En los cuatro contextos anteriores Stella tiene trascendencia, pero muy particularmente con relación al acompañamiento de los jóvenes en la creación de un futuro esperanzador. Bien sabemos que las deserciones a nivel académico no solo generan frustración, sino que muchas veces constituyen un producto acabado de la falta de justicia social (atinente a una educación con igualdad de oportunidades), haciéndole frente a este monstruo que se ha crecido en el siglo XXI, damos paso a una cocreación de un futuro esperanzador, impelimos la reconciliación y la justicia y, como una meta final, tenemos en el horizonte el cuidado del planeta Tierra, nuestra casa común.
El año 1931, Albert Einstein, sabido ya de hacia dónde se dirigía la humanidad utilizando sus descubrimientos, se quejó durante una conferencia en el Instituto Tecnológico de California: «¿Por qué esta magnífica ciencia aplicada, que ahorra trabajo y hace la vida más fácil, nos trae tan poca felicidad? La respuesta simple es: porque todavía no hemos aprendido a utilizarla con sensatez»[1].
Nosotros, el Sistema Universitario Landivariano hemos vinculado entonces, ciencia aplicada y Preferencias Apostólicas Universales para provocar, con mucha sensatez, una inflexión en la dirección que nos marca la buena nueva: generar una vida plena y en abundancia que es, en esencia, la misma gloria de Dios. Hemos de recordar que san Ireneo, obispo y mártir dijo: «La gloria de Dios consiste en que el hombre viva, y la vida del hombre consiste en la visión de Dios»[2]. Y san Romero de América (también obispo y mártir), acotó muchos siglos después: «La gloria de Dios es que el pobre viva»[3]
Hasta la próxima semana, si Dios nos lo permite.
[1] https://naukas.com/2018/11/16/einstein-y-la-etica/
[2] https://www.corazones.org/liturgia/biblia_y_liturgia/oficio_lectura/fech...
[3] https://amerindiaenlared.org/contenido/16570/san-romero-de-america-la-gl...
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