Sin mayor trámite, la Corte de Constitucionalidad (CC) confirmó lo que se sabía sucedería. En un comunicado de prensa informó que mantenía la negativa de inscripción del binomio del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP). Por tal motivo, Thelma Cabrera y Jordán Rodas Andrade, quienes aspirabana a la presidencia y vicepresidencia, respectivamente, no aparecerán en la papeleta.
Con la disposición de la CC, se pone punto final en el procedimiento interno, al proceso de participación electoral a la presidencia y se confirma la violación al derecho a elegir y ser electo. El punto de partida a la vulneración lo dio el Registro de Ciudadanos primero y luego lo confirmó el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Este último se hizo eco de una maniobra que impulsó el sustituto de Rodas al frente de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH), Alejandro Córdova. Córdova presentó una denuncia espuria contra Rodas a fin de lograr que la Contraloría General de Cuentas cancelara el finiquito otorgado al ex PDH al concluir su gestión.
Mientras se mantenía en vilo la candidatura del MLP a la presidencia, se pretendió instalar la narrativa de que la falta de inscripción era culpa de Jordán Rodas en primer lugar y de Thelma Cabrera en segundo. Al hecho de que el MLP utilizara los recursos legales a su alcance para defender la decisión de sus bases, el discurso se enfilaba a pintarlo como necedad. Es decir, insistían en que si el MLP finalmente quedaba sin participar en la contienda presidencial era responsabilidad del ex PDH por insistir en su candidatura. De hecho hubo espacios en los cuales desaparecían a la propia Thelma Cabrera, candidata presidencial, como si ella no tuviese criterio político para decidir.
Pero, lo más grave, es que trasladaban al MLP una práctica política común en los partidos tradicionales: las bases están de adorno y carecen de voluntad de decisión. De allí que insistieran en que el partido debía inscribir otro binomio si quería participar. Lejos estaba la narrativa antidemocrática y racista, de valorar que la designación de las candidaturas presidencial y vicepresidencial del MLP se llevó a cabo en una asamblea nacional del partido. Que en esta, las bases representadas en las delegaciones electas en las asambleas municipales y departamentales, habían votado por dicha fórmula. De allí que no se trataba de que el Comité Ejecutivo dispusiera o realizara otras acciones para garantizar estar en la papeleta. En ese contexto, la disposicíon de la CC anunciada el martes dos, una parte creciente del electorado queda impedida de optar por una fórmula presidencial de su simpatía.
[frasepzp1]
Ahora bien. La exclusión de las candidaturas del MLP no han sido las únicas decisiones arbitrarias del TSE. Recordemos que mediante el paso a varios antejuicios contra el diputado Aldo Dávila, le impiden participar para reelegirse, a pesar de ser uno de los congresistas mejor calificados. De igual forma, el candidato Roberto Arzú García-Granados quedó fuera de la contienda presidencial, así como Juan Francisco Solórzano Foppa, fuerte competidor a la alcaldía capitalina, también ha sufrido la cancelación de su inscripción.
Según denuncias de Samuel Pérez Álvarez, del Movimiento Semilla, su partido también está siendo objeto de persecución por parte del TSE, lo que podría derivar no solo en cancelación de candidaturas a diputaciones sino en anulación de la alianza que impulsa al equipo de Solórzano Foppa.
Más que la mediocridad, al parecer enraizada en el ADN de los magistrados electorales, con estas disposiciones hablamos de un TSE al servicio de intereses de fraude. Así se explica que el funcionario a cargo de monitorear la propaganda de los partidos políticos, pertenezca al partido de Zury Ríos a quien se ha visto que el establecimiento apoya contra viento y marea. Será de ver cómo se las arreglan para que remonte en intención de voto ante el impulso de otro impresentable como Carlos Pineda, cuyo entorno destila tanta pestilencia como sus colegas de papeleta.
En estas condiciones, más que de un proceso electoral complicado, en realidad hablamos de un gigantesco y bien planeado fraude, ahora consumado. Ninguna misión electoral debe dar por bien librado un proceso que carece de legitimidad y que se ha construido sobre la base de las disposiciones arbitrarias de un TSE incapaz, mediocre y corrupto.
Más de este autor