Hace tres años, la niña que tengo más cerca quería ser bruja para poder hacer magia. Hoy pide ser Elena, una princesa de vestido rojo intenso que navega por los cielos de su reino montada en mágicos animales voladores. Por sus gustos literarios, me parece que provocar lo imposible y la libertad serán dos ingredientes que ella elegirá para su vida. Es posible que la semana entrante cambie de preferencia: tal vez una científica o una política, un conejo parlanchín o una sirena. Podría ser un personaje de la narrativa oral guatemalteca: la Tatuana para escaparse en un barco o el Sombrerón para cuidarse de los enamoramientos que engañan. Sea lo que sea, intentaré estar con ella en la lectura, en las lecciones, en las causas y consecuencias, en las alegrías y frustraciones detrás de cada aventura.
Para seguir alimentando sus posibilidades y opciones, iremos juntas al más grande aquelarre del mes. Será inclusivo porque admitirá brujas, científicas, princesas, animales voladores, heroínas y hasta villanas, todas reunidas en un domo de cristal. A bordo de un felino volador llegaremos a la Feria Internacional de Literatura Infantil y Juvenil de Centroamérica (Filijc). Es una feria mágica porque promueve en niñas, niños, adolescentes y jóvenes el hábito de lectura necesario para desarrollar el pensamiento crítico. Allí se encontrará con criaturas como ella, pero diferentes, de otros pueblos en otras latitudes, con quienes compartirá actividades lúdicas en salas de lectura y un bello pabellón traído desde Costa Rica. Estrecharán lazos con educadores, familiares y cuentacuentos guardianes del derecho a la educación y a la recreación.
Como en la literatura infantil —y en la vida de adultos—, hay heroínas que nos traen la Filijc con la fuerza de gigantes. Mujeres y hombres de la Asociación Danta parecen hacer magia, recaudar fondos, contar historias, convocar a la diversidad con mucho amor y empeño. También están los villanos que les tienen pavor a las criaturas que son felices aprendiendo, jugando y desarrollando su capacidad de análisis. Estos villanos que gobiernan son ignorantes, egoístas, oscuros, ladrones. Cierran sus ventanas, esconden los cofres de tesoro que se han robado y echan llave en las puertas de su corazón para asegurar que nunca la verdad, la justicia y la bondad lleguen a ese lugar.
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Por eso es bueno que a la cuarta edición de la Filijc vengan amigos y amigas de otros países para homenajear en Guatemala a una literata que contó historias, fue educadora innovadora y tuvo el superpoder de derrumbar la ceguera sobre las injusticias en contra de las mujeres, de las campesinas y los campesinos, de las obreras y los obreros de nuestra región. María Isabel Carvajal, que prefirió llamarse Carmen Lyra, recordó las historias que escuchó de pequeña y las escribió pintadas con paisajes y características de su tierra. Asumió batallas épicas por la justicia como el principio de igual salario para las mujeres, el sufragio femenino, la educación para las niñas y los niños, la participación de mujeres en organizaciones políticas y hasta el fortalecimiento del Partido Comunista de Costa Rica. Los villanos conquistaron el Gobierno por la fuerza y la expulsaron de esa mágica tierra por defender a un compañero que pensaba de forma libre. Ella pasó al recuerdo colectivo y a la inmortalidad en tierras vecinas cultivadas de flores que acogen a las hermanas y a los hermanos que buscan justicia.
Juntas planificaremos el viaje para ver la foto de Carmen Lyra, conocer sus aventuras y hazañas. Deseo que, cuando visite la Filijc, desarrolle su pensamiento crítico y agradezca a mujeres como María Isabel Carvajal que, inteligentes, sóricas y valientes, lideran sus luchas. Exigiremos justicia para las niñas que, cuando pedían libertad y felicidad, fueron encerradas por monstruos en un calabozo encendido. Hablaremos sobre las batallas por librar para que nunca más los dragones feroces intimiden a las niñas y a las mujeres. Construiremos sus planes para ser plena y feliz.

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