En 2013, hace una década, un tribunal de alto impacto concluyó que en Guatemala hubo genocidio contra el pueblo ixil. Condenó por ello a José Efraín Ríos Montt, encontrado culpable de dirigir semejante política contrainsurgente. Se trató de la primera sentencia en cortes nacionales, a nivel mundial. La sentencia quedó firme pues no fue anulada aunque el juicio debió repetirse, con el mismo resultado, salvo la no condena a Ríos Montt por haber muerto antes.
Hace cinco años otro tribunal de mayor riesgo, condenó a cuatro altos mandos militares por la desaparición de Marco Antonio, así como la violencia contra Emma Guadalupe Molina Theissen. En ese entonces fueron condenados Hugo Ramiro Zaldaña Rojas, así como Benedicto Lucas García, Manuel Callejas y Callejas y Francisco Luis Gordillo, Jefe de Estado Mayor del Ejército, Director de Inteligencia Militar y Comandante de la base de Quezaltenango, respectivamente.
El 22 de mayo, la Asociación de Estudiantes Universitarios «Oliverio Castañeda de León» (AEU), cumplió 103 años de fundación. A lo largo de su historia, salvo en el período que la asaltó un grupo afín al Arzuismo, la AEU ha jugado un papel esencial en la historia de Guatemala. A tal grado que sus integrantes enfrentaron la más atroz represión durante el conflicto armado interno.
En 1978, su secretario general, Oliverio Castañeda de León, cuyo nombre hoy ostenta la AEU, fue asesinado al finalizar la marcha del 20 de octubre. Dos semanas después, el sustituto de Oliverio y secretario de organización, Antonio Ciani García, fue secuestrado y desaparecido sin que se conozca su paradero. Lo mismo enfrentó Julio Cortez, secuestrado y desaparecido el 20 de octubre de 1979, cuando se preparaba para hablar en nombre de AEU en la marcha de ese día. En 1984, Carlos Cuevas Molina, Héctor Interiano, Manuel Alfredo Baiza, también fueron secuestrados y desaparecidos. En ese momento, integraban el secretariado de AEU. En agosto de 1989, Silvia Azurdia, Víctor Rodíguez, Aarón ochoa, Carlos Cabrera, Iván González, Hugo Gramajo, Carlos Contreras y Mario de León, integrantes de la AEU, fueron detenidos y desaparecidos.
Además, ex dirigentes como Aura Marina Vides, Nelton Rodas, Julio César del Valle, Danilo Chinchilla, Márilyn Sosa, Iván Alfonso Bravo, Marco Tulio Pereira, Fernando García, Hugo Morán Julio y Otto Estrada, Gilberto Escribá, Willy Miranda, entre miles de dirigentes, fueron asesinados o desaparecidos. La AEU vive por lo tanto en el corazón del pueblo de Guatemala que a pesar de la amargura, celebra su fundación.
Un mes de mayo también, en 1984, el maestro, escritor y poeta Luis de Lión, fue detenido y desaparecido.
Precisamente un mes de mayo, en 1999, se dio a conocer la existencia de un expediente de la dirección de inteligencia militar conocido como Diario Militar o Dossier de la Muerte. El mismo, que consta de varios documentos, recoge en uno de ellos el registro de 183 fichas de personas secuestradas, muchas de ellas ejecutadas. Varios de los nombres ya citados en párrafos precedentes aparecen en dicho material. Se trata de un texto que, según los peritajes profesionales, es oficial y se trata de un cuaderno de inteligencia que pertenece al Ejército Guatemalteco. Es la prueba maestra del plan de estructuración y funcionamiento de la arquitectura de la muerte que ejecutó el terrorismo de Estado para combatir la disidencia de izquierda.
En mayo de 2022, el juez Miguel Ángel Gálvez resolvió enviar a juicio penal a los nueve ex militares sindicados en dicho caso. De igual forma ligó a proceso al entonces recién capturado Toribio Acevedo, quien al intentar fugarse fue capturado en Panamá. Acevedo había sido jefe de seguridad de la familia propietaria de la empresa que controla el monopolio del cemento en Guatemala y ejerce un alto nivel de influencia en el entramado estatal. El juez Gálvez debió salir al exilio para preservar su vida, seriamente amenazada luego de esas resoluciones y su rol en los juicios contra las estructuras de corrupción de cuello blanco.
Mayo, por lo tanto, representa un mes especial por la memoria. Un mes que debemos conmemorar siempre, independientemente de lo sombrío que pueda parecer el panorama.
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